Thursday, October 13, 2016
El humor y la vida de Tute, convertidos en un laberinto porGermán de los Santos PARA LA NACION
ROSARIO.- La muestra Universo Tute es un laberinto en el que el
público rastrea la historia del humorista y dibujante Juan Matías Loiseau a lo
largo de sus 20 años de carrera.
La premisa es perderse entre las paredes de la muestra que se presentó
el anteayer en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, en Rosario. Los paneles
están tapizados con la obra de un artista que conjugó el humor gráfico, desde
que arrancó en 1999 en la revista de LA NACION, con la poesía, las letras de
tango y los cortometrajes.
Esta muestra nació de la insistencia del escritor
Rafael Ielpi, director del centro cultural que está emplazado en el microcentro
de Rosario, que le propuso a Tute el desafío de detenerse por un momento para
mirar para todos los costados de esa obra cargada de un humor poético,
psicoanalítico y de una profundidad implacable.
Tute cuenta que al principio le costó arrancar con el desafío que fue
posponiendo hasta que la idea lo atrapó. La artista Emilia Marcón, prima
hermana del autor, fue la curadora de la muestra que se puede visitar en
Rosario hasta el 6 de noviembre, y la responsable de pensar ese laberinto como
camino para cruzar la historia de Tute. Luego, la muestra comenzará a recorrer
el país. Está previsto que en el verano se presente en Mar del Plata y siga por
otras ciudades para terminar el año próximo en Buenos Aires.
En ese recorrido por la muestra aparecen los
primeros trazos, los Clementes que Tute dibujó a los seis años mientras su
padre Caloi delineaba los verdaderos, y una foto de él con una cabellera
revoltosa y tupida como la de Batu. El camino lo delinean también los cuadros
de Tutelandia, cargados de una síntesis que Tute dice que ejercitó con la
poesía, "en la búsqueda de la palabra precisa que no sólo pueda hacer reír
sino también que esté cargada de cierta musicalidad".
"Por eso leo en voz alta las tiras y los chistes", dice
minutos antes de que se abran las puertas de la muestra, cuyos laberintos se
congestionaron por la gran cantidad de público. En una vitrina se mezclan
libros, como El destino
de esa sombra, que publicó en 1999 o el disco Tangos nuevos, que se editó en
2010. Son las otras caras de Tute que también aparecen en otra salida del
laberinto, donde se proyectan las entrevistas que registró en un ciclo de la
Universidad de Tres de Febrero y los programas de TV de Batu en Paka Paka.
Tute considera que su obra transita sin problemas
entre el humor clásico -cuyos máximos referentes son Caloi, Fontanarrosa y
Quino- y el contemporáneo, que se presenta más libre, explica, sin la necesidad
de un remate del chiste, y con otros componentes, con una mirada reflexiva, a
veces absurda. Confiesa que le costó romper con la influencia de su padre,
porque parecerse a Caloi le daba seguridad. "Era más fácil, pero después
logré algo complicado que es encontrarse con uno mismo", señala y recuerda
que siempre supo que iba a ser dibujante.
Tute advierte que a lo largo de su carrera lo que le
aportó una "gimnasia" para el trabajo fue realizar una tira diaria en
el diario LA NACION. "Esa presión de la entrega diaria te aporta mucho al
oficio. La inspiración sola
no existe."