Tuesday, October 18, 2016
Darío Castillejos, un agitador de la conciencia críticaPor Francisco Punal Suárez Especial para Fany Blog
La corrupción, injusticias y arbitrariedades que
presenció en los juzgados como abogado –había estudiado derecho en la Universidad
Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO)- llevaron al mexicano Darío
Castillejos Lázcares a expresar su indignación mediante la caricatura. La dura
realidad de su país y del mundo, que sobrepasa todas las expectativas, es su
principal materia prima, para manifestar, mediante el arte del dibujo, su
irreverencia y crítica al poder establecido, ya sea político o económico.
Nacido en Oaxaca en 1974, Castillejos, quien lleva
ya 25 años como caricaturista en México, donde hay una gran tradición histórica
en este género, con autores como Rius, Rogelio Naranjo, Helio Flores, Luis
Carreño, y otros muchos a quienes reconoce que han influido en su obra, es un
agitador de la conciencia crítica, con cada dibujo que publica. Los lectores
del periódico El Imparcial de
Oaxaca buscan con interés, en cada edición, sus
trabajos de opinión. También Darío publica sus caricaturas en la
revista Foreign Affairs Latinoamérica y el semanario El Chamuco, y trabaja para las agencias Caglecartoons, Courrier International, VJ
Movement, y es Presidente del Club de la Caricatura Latina Cartonclub.
Sus viñetas han sido premiadas y aplaudidas
en certámenes celebrados en Brasil, Grecia, Portugal, Francia, Perú,
Colombia, Estados Unidos, Turquía, Holanda y desde luego en México, donde
acumula varios galardones periodísticos estatales.
2016 es un año feliz para Darío: recientemente la
editorial Almacia ha editado su primer libro “Impresiones de un mundo
desdibujado”, y acaba de recibir el Premio Nacional de Periodismo en la
categoría de caricatura, con su obra “La verdad histórica”, correspondiente a
2015. Es la tercera ocasión que obtiene ese galardón: en el 2012 fue con
“Elecciones fúnebres”, que reflejaba el clima de violencia en el país en las
jornadas electorales; y en el 2014 fue con “Justicia en crisis”, otro renglón
deficitario en México.
Su volumen “Impresiones de un mundo desdibujado”,
que ha sido muy bien recibido, es una compilación de dibujos publicados en
diversos medios, desde el 2000 a la fecha e incluye un centenar de cartones,
donde con su mirada incisiva, con ingredientes del absurdo, humor negro, ironía
y sátira, el autor analiza sucesos del mundo, la injusticia y la violencia, la
libertad y la censura, el dinero y la crisis, la fama y la cultura, y la
sociedad.
Sus dibujos, que impresionan al lector por su
contenido, su riqueza plástica y una técnica impecable, ratifican que el
verdadero arte es una provocación, y que el valor de una caricatura radica en
romper estereotipos y en ejercitar la mente.
“Me gusta referirme – expresa
Darío- a los temas que nos causan incomodidad, aquellos que están en el
rumor público, como la mala administración de la justicia, la criminalidad, el
narcotráfico, etc. Trato siempre de abordar la política con una mirada
crítica y humorística, con la intención no sólo de denunciar sino de que
se pueda hacer un ejercicio de reflexión en cada caricatura. Nuestra obra
es un contrapeso social al poder, en todas sus manifestaciones. La
crítica es necesaria en una sociedad que aspire a la democracia, y el
humor es un buen estimulante para despertar la conciencia. La caricatura en
México tiene una larga tradición en la prensa, sin embargo, actualmente, muchos
caricaturistas no pueden vivir de su obra. Además, el clima de violencia y
desamparo que sufre el país ha puesto en riesgo a todos los trabajadores de la
prensa, incluidos los humoristas gráficos”.
Darío
Castillejos traza los excesos del poder
Afirma
que la realidad cada vez más se asemeja a la caricatura; en Impresiones de un
mundo desdibujado lanza críticas contra Fidel Castro y Maduro; también aborda
temas como la obesidad y el ciberacoso.
Para
Darío Castillejos la realidad parece cada vez más una caricatura porque los
excesos del poder están presentes desde la sociedad hasta los famosos y los
políticos. Esto es lo que durante 25 años ha reflejado en sus cartones: lo
mismo dibuja a Donald Trump esquivando golpes, que a Nicolás Maduro escuchando
a un pájaro con el rostro de Hugo Chávez, y, asimismo, a Fidel Castro
sosteniendo su senectud tomando la isla de Cuba de bastón.
Aunque
“la crítica es un espejo donde no nos gusta mirarnos”, en sus ilustraciones,
Castillejos arremete contra el político, la obesidad infantil, el consumo de
comida chatarra o el ciberacoso. Nadie se salva.
“El
poder sigue teniendo los mismos efectos en todos lados, causa los mismos
síntomas a quien lo tiene. Vemos a líderes que estaban comprometidos con alguna
causa social pero al llegar al poder se convirtieron en la peor pesadilla de
quienes soñaban con verlos servir, se vuelven entonces caricaturas, realidades
deformadas, y nosotros nos volvemos menos caricaturistas y más retratistas”,
destaca el monero oaxaqueño, en entrevista con La Razón.
Ahora
estas caricaturas han salido de los diarios donde los publicó originalmente,
para formar parte de su reciente cuaderno Impresiones de un mundo desdibujado
(Almadía, 2016), en el que reúne cinco lustros de trabajo a través de cerca de
120 cartones.
Aborda
“aspectos muy generales: la sociedad, el poder, el dinero, problemáticas que
están muy vigentes, se cubrió un buen espectro, es un vistazo a nuestra
realidad, a veces con sinsabores y otras, con cosas muy gratas”, detalla el
ganador del Premio Nacional de Periodismo, en 2013.
El libro
se divide en seis secciones: “El poder y las proporciones”, que incluye
cartones como Ciclo del migrante, en el que se observa a indocumentados cruzando
por el muro fronterizo entre Estados Unidos y México, mientras que por un hueco
de la barda regresan ataúdes; después está “Injusticia y violencia”, que inicia
con la caricatura Daño colateral, en la que de un cañón de pistola caen
personas.
El
tercer tema es “Libertad y censura”, que incluye La libertad de las redes, en
la que se observa a personas dentro de una jaula escribiendo tuits; el cuarto
es “Dinero y crisis”; el quinto es “Fama y cultura” en el que Castillejos rinde
homenaje a personajes que “a mí me han marcado para mal y para bien”. Aparecen
figuras como David Bowie, Prince, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Rius
y Macedonio Alcalá.
“No fui
tan profundo, traté de retratarlos y hacerles un homenaje irreverente a través
de la deformación de sus cuerpos porque de alguna manera han marcado mi vida”,
asegura.
En el
último apartado, “Sociedad”, destaca la caricatura Obesidad, donde se observa
al personaje El Principito, gordo, tomando un refresco