Tuesday, April 01, 2014
Humor y revuelta; el papel de las revistas satíricas en las movilizaciones en Turquía In El Diário
El humorista Barış Uygur explica
cómo es posible que miles de personas en Turquía sigan la actualidad más por
las revistas satíricas que por los medios de comunicación convencionales.
http://www.eldiario.es/interferencias/Humor-revuelta-revistas-satiricas-movilizaciones_6_243635642.html
La influencia de estas revistas ha
contribuido a imprimir un estilo y una sensibilidad humorística e irónica
muy especial a la revuelta contra el autoritarismo de Erdogan.
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Penguen: "Eh, chavales, el
alcohol está prohibido, un beso, R. Tayyip. Estaba bromeando, besarse también
está prohibido"
En Turquía, la credibilidad ha
cambiado de bando. Los medios de comunicación tradicionales han perdido el
privilegio de definir en exclusiva la actualidad: lo que se ve, de lo que se
habla, lo que importa. Imágenes y relatos alternativos circulan con tanta
intensidad por las redes sociales que Tayyip Erdogan decidió hace una semana
nada más y nada menos que “apagar” Twitter.
La credibilidad y la confianza del
público se desplazan hacia otros espacios de comunicación, entre los que
destacan sin duda las revistas satíricas. Penguen, Uykusuz y otras revistas de
humor constituyen un auténtico fenómeno masivo, un hecho cultural de primer
orden en Turquía. La influencia de estas revistas ha contribuido a imprimir un
estilo y una sensibilidad irónica muy especial a la revuelta contra el
autoritarismo de Erdogan.
Barış Uygur es autor satírico y de
novelas de misterio. Trabaja como editor y columnista en la revista Uykusuz
desde su fundación en 2007. En el texto que puedes leer a continuación, explica
la crisis de los medios de comunicación tradicionales, el auge de las revistas
satíricas turcas y cómo la cultura de masas (series, películas y vídeojuegos)
se ha convertido en el paradójico “código secreto” que los manifestantes usan
para comunicarse entre sí y burlar las máquinas interpretativas de políticos y
periodistas.
Situación
actual de los medios de comunicación en Turquía
Durante la década de los 90, los
medios de comunicación turcos sufrieron una profunda transformación. Lo más
importante es que cambiaron de titularidad. Actualmente, los medios de
comunicación en Turquía están profundamente integrados en industrias ajenas al
sector. La mayoría de las empresas de medios de comunicación pertenecen a
un holding más grande, y sin el apoyo y el flujo de caja de
las empresas de los otros sectores que integran estos holdings, todas
ellas se desvanecerían.
Pero a su vez, estas otras
empresas ajenas al sector mediático dependen en gran medida de contratos
gubernamentales, o bien tienen negocios frágiles que las hacen muy vulnerables
a nuevas legislaciones o incluso, simplemente, a las inspecciones
gubernamentales. Mientras las compañías mediáticas dependen de los contratos
gubernamentales y de las desgravaciones fiscales, el gobierno depende de los
medios de comunicación para la propaganda.
La
transformación de las revistas satíricas turcas
Al igual que las empresas de
medios de comunicación, las revistas satíricas también sufrieron una
transformación a lo largo de los años 90, si bien en sentido contrario. Este
tipo de revistas pertenecían a grupos mediáticos. Sin embargo, resultaban una
molestia para los gobiernos y las corporaciones, así que en la medida en que
las empresas de medios de comunicación fueron siendo más dependientes, las
revistas satíricas dejaron de interesar a los propietarios.
Así fue que, una por una, las
revistas satíricas fueron cerrando y sus creadores y colaboradores pasaron a
lanzar sus propias revistas de forma independiente. Al no tener relación alguna
de negocios con el Estado y al abstenerse de imprimir publicidad, estos
creadores se liberaron de toda “presión gubernamental y corporativa”.
De modo que, por resumir, mientras
los medios de comunicación perdían su independencia, las revistas satíricas se
liberaban de cualquier tipo de conflicto de intereses. Cuando tuvo lugar el
incidente del parque Gezi y se desencadenaron las protestas, la estructura de
los medios de comunicación turcos era la siguiente: control total por parte del
Gobierno y dependencia total de empresas ajenas al sector de los medios de
comunicación.
Gentrificación,
nuevas regulaciones y el descontento de las masas
Quiero destacar al menos tres
hechos que, a mi juicio, vienen a ser la causa de las protestas, y que tienen
que ver con aquello que estaba sucediendo y de lo que la población turca
discutía en los días previos a los incidentes.
En primer lugar, la gentrificación
en el centro de Estambul, que se lleva a cabo a través de legislaciones
feroces(1). Como Estambul ha llegado a sus límites geográficos naturales (es
una ciudad con más de 15 millones de habitantes), el centro de Estambul se ha
convertido en el foco de nuevos proyectos de construcción disfrazados de
“renovación urbana”.
En segundo lugar, las nuevas
regulaciones sobre bebidas alcohólicas -que más que prohibir el alcohol,
imposibilitaban a mucha gente su consumo a través de impuestos altísimos y
condenas públicas- provocaron un gran descontento, al menos en ciertos sectores
de la sociedad. También lo provocaron los intentos de separar a estudiantes de
ambos sexos en las escuelas y las críticas a la indumentaria de las chicas, así
como las directrices sobre cómo deberían éstas comportarse en público.
Por último, lo ocurrido en torno a
las masacres de Roboski [las fuerzas aéreas turcas
bombardearon y mataron a los aldeanos de un pueblo kurdo en la frontera con
Irak] y Reyhanli [un atentado terrorista en el
que murieron más de cincuenta ciudadanos turcos] tiene una importancia especial
para comprender la esencia de Gezi. En ambos casos, los medios de comunicación
no cubrieron la noticia durante horas o tergiversaron gravemente los hechos, de
modo que el público sólo supo de los hechos a través de las redes sociales y
alternativas.
Estos son sólo algunos de los
muchos problemas que había sobre la mesa antes de Gezi. También es importante
tener en cuenta que hay un número significativo de personas en Turquía que se
definen como seguidores de Kemal Ataturk y sienten que el gobierno está
tratando de eliminar la esencia kemalista del Estado.
Uykusuz: Erdogan, observando las
residencias de estudiantes donde conviven chicos y chicas: "Estoy deseando
que todo el mundo se case para poder irme a dormir"
Uykysuz: Los media tardaron 12
horas en informar sobre la muerte de 35 personas en Roboski/ "¿Podría
contar cómo pasó?"
Uykusuz: Erdogan busca su pueblo
en Google Maps durante su visita a Silicon Valley (que coincidió con la matanza
de Reyhanli)/ "¡Mire aquí también!"
La chispa que
incendia la pradera
Mientras que la insatisfacción
pública crecía, los bulldozers se precipitaron en el parque
Gezi, el único espacio verde disponible en el corazón de Taksim, junto a la
plaza Taksim, considerada tradicionalmente como la plaza Primero de Mayo por
los sindicatos y los izquierdistas. Se pretendía destruir el parque para ubicar
allí un centro comercial y un hotel.
Así, los pocos manifestantes que
fueron testigo de la destrucción del parque se congregaron de inmediato en él
para tratar de impedir el paso a los bulldozers. El grupo
inicial de 20 personas se multiplicó por diez después de la icónica fotografía
de la mujer vestida de rojo, tomada por un reportero
de Reuters. Cuando la policía incendió las tiendas de los manifestantes, esos
cientos pasaron a ser más de tres mil. Y al tercer ataque de la policía, el más
feroz de todos, esos tres mil manifestantes se convirtieron en cientos de miles
de personas.
Por primera vez en la historia de
la república, los aficionados al fútbol, los rockeros, los punks, los kurdos,
los kemalistas, los trabajadores de cuello blanco y azul y, en fin, casi todo
el mundo se organizó a través de Twitter, Facebook y otras redes sociales
netamente turcas. A pesar de los esfuerzos de los medios de comunicación, que
trataron de convencer al público de que nada importante sucedía, la gente creía
lo que leía en Twitter, la gente creía en sus amigos y, supongo que por primera
vez desde hacía décadas, la gente creía en sí misma.
En la noche del 31 de mayo, cada
club, bar o restaurante de Taksim se convirtió en sede de los manifestantes.
Las personas resistían por turnos. Mientras doscientas estaban luchando contra
la policía en la calle, las demás descansaban a la espera de relevar a sus
amigos, así que las fuerzas policiales pronto acabaron más agotadas que los
manifestantes. Al día siguiente la policía tuvo que retirarse de toda Taksim.
Uykysuz: Erdogan sueña con la
"nueva Taksim"
La cobertura
mediática de los incidentes
A excepción de tres pequeñas
empresas de televisión propiedad de los partidos de izquierda, no hubo
cobertura televisiva de los acontecimientos. La forma en que la CNN turca
ignoró las protestas se convirtió en una leyenda. Mientras más de cien mil
personas resistían contra las fuerzas policiales, en los canales de noticias
podías ver documentales de pingüinos o programas de cocina. Mientras Taksim
estaba envuelta en llamas y nubes de gas, y casi cada emisora prominente a
nivel internacional o europeo estaba reportando en vivo, los canales de
noticias turcos dormían un profundo sueño.
Pingüinos en la tele
Poder pingüino
El humor y el
nuevo lenguaje de los manifestantes
Tengo que decir que lo que la
gente experimentó en el parque Gezi fue como una utopía. Tal vez por primera
vez desde hacía décadas, los nacionalistas estaban resistiendo junto a los
kurdos. Algunos llegaban incluso a decir que ahora comprendían lo que los
kurdos podían haber vivido realmente en los años 90. Por primera vez los
musulmanes rezaban bajo la protección de los ateos y los comunistas. Por
primera vez en la historia, las personas del colectivo LGBT fueron respetadas y
acogidas por todos. Hasta los trotskistas y los anarquistas pasaron a ser
amigos, aunque les quedara mucho por discutir acerca del levantamiento de Kronstadt.
Había un sentido del humor muy
loco. Realmente me pregunto lo loca que tiene que llegar a estar una persona
para robar una excavadora, un vehículo pesado de construcción, y conducirlo
hacia la policía. ¡La gente no tenía absolutamente ningún miedo! Diría que
estaba ebria, ebria de libertad.
Lo más importante que quiero
señalar acerca del sentido del humor de los manifestantes es que tenía un
lenguaje muy polifacético y, de hecho, en muchos casos difícil de entender.
Afirmo que no era sólo el gobierno el que estaba perplejo; tampoco la gran
mayoría de los periodistas captaba las bromas del todo.
Tomad, por ejemplo, este graffiti
que se ha escrito decenas de veces en tantas esquinas, y que dice: “Habéis
provocado a una generación que ha zurrado polis en GTA”. ¿Cómo puede pillar la
gracia del lema alguien que no sepa que GTA es un popular videojuego en el que
los jugadores golpean a policías?
Yo mismo, que no había visto aún
Juego de Tronos, no entendía lo que “¡El invierno está llegando, Tayyip!” (por
R. Tayyip Erdogan) podía significar. Sin embargo después de haber visto los episodios de la serie, lo entiendo. ¡Y vaya si venía,
el “invierno”!
(en una tienda de cosméticos)
"El gas pimienta vuelve tu piel más hermosa"
Diversidad en Gezi
"Golpéame una vez más,
Tayyip"
Actualidad y
revistas satíricas
Casi todo el personal de nuestra
revista estuvo en las protestas desde el principio. La sede de nuestra
revista Uykusuz se encuentra en Taksim y la mayoría de
nosotros vivimos en Taksim. Hemos dedicado todo un número a las protestas. Hoy
hay un lugar común entre los jóvenes turcos: “Sigo la actualidad por las
revistas satíricas”. Recibo cientos de correos cada año de lectores que
aseguran que no leen los periódicos y que nos consideran a nosotros como un
periódico.
Pero eso no quiere decir nada.
Puedo hablar horas acerca de por qué nosotros, las revistas satíricas y de
humor en Turquía, somos diferentes a los periódicos tradicionales. Pero basta
un ejemplo para aclararlo.
No tenemos una página oficial en
Facebook activa. No me preguntéis por qué, simplemente no la tenemos [en estos
momentos estamos tratando de abrir una]. Sin embargo, hay páginas “no
oficiales” de fans en Facebook abiertas en nuestro nombre. Nosotros ni siquiera
las promovemos, pero la mayor de ellas tiene más de dos millones de seguidores.
Pues bien, el periódico más grande de Turquía, Hurriyet, que sí está
promoviendo su página oficial de Facebook en cada rincón de su página web,
tiene apenas la cuarta parte de seguidores que nuestra página de fans no
oficial.
Uykusuz: "Nuestra policía ha
escrito una leyenda en Taksim"/ "Todavía no está terminada, señor,
sigo escribiendo"
Penguen: "Se ha tomado la
decisión de vigilar twitter desde las unidades de inteligencia"/ Teléfono:
"La policía quiere saber su localización actual"
El abismo
entre los medios y la gente
Lo cierto es que estoy muy
satisfecho con la postura de los medios de comunicación ante los
levantamientos. Gracias a ella, muchos manifestantes kemalistas, por ejemplo,
cayeron en la cuenta de que se trata de los mismos medios a los que habían
venido dando crédito cuando informaban de la región sureste, durante las
escaramuzas con el PKK.
A una gran cantidad de manifestantes
kemalistas o nacionalistas les oí personalmente decir que ahora entendían a los
kurdos. Por lo tanto, creo que hubo un despertar en cuanto a los medios de
comunicación se refiere, y la primera consecuencia sólida de las protestas en
el parque Gezi es que ya no se volverá a confiar en los medios de comunicación
en Turquía como antes.
Me pareció también interesante el
hecho de que ni los periodistas ni los políticos tuvieran ni idea de lo que los
manifestantes estaban diciendo. Grand
Theft Auto, Juego de Tronos, El Señor de los Anillos, El Club de la
Lucha, V de Vendetta, World
of Warcraft, Counter
Strike... Estas fueron las claves para entender a los manifestantes.
Hablaron también el mismo idioma
que se había hablado antes en las revueltas de Seattle, Londres, París, Tahrir
y Grecia. Todas las paredes estaban cubiertas de consignas conocidas,
como “A.C.A.B.” Y se utilizaron las
tradicionales del París de 1968.
Pero la consigna más significativa
es el famoso lema punk “No Future”. Y este fue tal vez el único lema ausente en
el parque Gezi. ¡Los manifestantes escribieron de todo menos “No hay futuro”!
Creo que puede ser un indicio de
que sí hay esperanza.
(1) En el barrio Tarlabaşı, en el
centro de Estambul, el gobierno confiscó todas las propiedades y luego las
privatizó al instante, cediéndoselas a una empresa de construcción que,
curiosamente, también es propietaria de una empresa de medios de comunicación.
A los propietarios de viviendas se les pagaba menos de una décima parte de los
precios reales, o bien se les daba la oportunidad de trasladarse a los
suburbios más alejados de Estambul, aproximadamente a 40 o 50 km. de distancia.
La traducción del artículo es de
Álvaro García-Ormaechea, Emre K. y Ethel O. me ayudaron a traducir el texto de
las imágenes (¡mil gracias!).