Sunday, January 26, 2014
Inauguran en el European Cartoon Center una exposición del sueco Riber Hansson Por Francisco Puñal Suárez
El año pasado tuve el privilegio de conocer personalmente al
gran ilustrador y dibujante sueco Riber Hansson –ambos formábamos parte del
jurado del World Press Cartoon, que se realiza en el ciudad portuguesa de
Sintra- un representante genuino de la sátira política a nivel internacional.
En estos momentos Riber rebosa de alegría pues el próximo 26 de
enero, y hasta el 6 de abril, tendrá el
honor de inaugurar en el European Cartoon Center, que dirige Rudy
Gheysens, en Kruishouten, Bélgica, una exposición personal que incluye
más de 120 obras, que abordan las más variadas temáticas: desde los problemas
económicos de Europa, la depredación del medio ambiente, la llamada primavera
árabe, la guerra en Siria, y otros temas, hasta su visión satírica de
personajes como Obama, Berlusconi, Putin, Merkel, sin olvidar a Chirac y
Shröder, en una galería que nos hará pensar en pasajes de la historia
contemporánea. Todos estos diseños, que se caracterizan por un uso adecuado del
color, no tener subtítulos, y una depurada técnica, han sido
publicados en la prensa sueca, principalmente en Sydsvenskan, y también en
medios de Francia, Estados Unidos, y otros países.
Para mi, el punto de partida para hacer una caricatura –expresa
Riber- es que exista un conflicto, una lucha de intereses, un drama. Y si hay
involucrados líderes mundiales, mejor. Siempre me informo, en más de una
fuente, sobre el evento que voy a dibujar: leo la prensa, escucho la
radio, veo la televisión, estudio comentarios alternativos, y luego saco mis
conclusiones. Para las caricaturas personales, veo toda una serie de retratos
de los personajes que voy a dibujar. Me gusta mucho emplear un lenguaje
poético, donde la metáfora y el símil, estén presentes. Uno tiene que
dibujar aspectos que los lectores del periódico conocen y entienden muy rápido.
Suelo decir que como dibujante tienes de dos a cinco segundos, para captar el interés del lector.
El humor y la sátira –añade Riber- son dos ingredientes
básicos de la caricatura, porque al reírte de los poderosos, de alguna manera
los estás desarmando. La caricatura satírica usa metáforas de varias capas y
por lo tanto se puede criticar de una manera que de otro modo estaría prohibido
o dar lugar a represalias por parte de quienes detentan el poder. El humor
funciona como el azúcar en el fondo de la copa amarga. Yo también quiero
ver la sátira y el humor como una prueba de fuego de una sociedad. Si pueden
aparecer estas expresiones, es una sociedad sana y libre y democrática.
Riber reconoce que llegó “tarde” a esta manifestación artística.
Eso fue en el 1990, cuando por la recesión de las construcciones en su país,
dejó de ser dibujante arquitectónico y tuvo que buscarse otro trabajo. En
contra de su voluntad, de repente se vio involucrado en lo que más tarde sería
su profesión ideal. Tenía ante si un reto estimulante y creativo.
Por suerte uno de los principales diarios suecos Svenska
Dagbladet, de Estocolmo, le dio empleo, y así comenzó su aventura como
humorista gráfico. Hoy día, aunque está jubilado, continúa publicando sus
ilustraciones en Sydsvenskan, el periódico líder en el sur de Suecia, y en
otras publicaciones del mundo, y recibe invitaciones de varios países para
exponer sus obras. En el 2007 obtuvo el primer premio en el World Press
Cartoon, con un dibujo de Putin, y en el 2012, el tercer premio, con una caricaturade
Berlusconi. Sus obras están presentes en el Museo Nacional de Arte, de
Estocolmo; Biblioteca del Parlamento sueco; Museo de la Sátira y la
Caricatura, de Forte del Marmi, en Italia; y el Museo de Historia
Contemporánea, en París, Francia, entre otros. Hansson es un defensor del medio
ambiente, de la sostenibilidad, y se manifiesta en contra de la discriminación
de la mujer.
El camino –dice Riber- para aprender el arte de la caricatura ha
sido largo y difícil. He estudiado la obra de los grandes maestros de la
pintura: Rembrandt, Picasso, Durero, Hokusai y muchos otros artistas. En mis
dibujos reconozco la influencia del norteamericano David Levine, y del maestro
sueco Evert Karlsson EWK. Poseo una visión compleja e interesante del mundo,
porque tengo que leer y estudiar más acerca de los conflictos políticos,
humanos y religiosos. Las caricaturas hacen pensar a las personas y las hacen
menos enojadas, al presentar un ángulo sorprendente de los problemas pequeños y
grandes, de la sociedad y el mundo –finaliza.